El desarrollo tecnológico permite ya poner en práctica modelos de publicidad más dirigidos, lo que debería redundar en una mayor eficiencia del gasto publicitario. La controversia surge cuando el que dispone de la tecnología para poner en marcha los nuevos modelos no coincide con el que tradicionalmente se beneficiaba de ella. Con estos precedentes, es previsible que se desencadene un proceso en el que los actores luchen por hacerse hueco en el nuevo escenario.
/imagen tomada de e-global.es/
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